martes, 4 de enero de 2011

Navidá y Reyes en la Güerta e Murcia (I)

Este es un cuento de Navidad y Reyes, en murciano. Es una historia en la que se describe cómo pasaban, hace unos años, la Navidad en la Huerta de Murcia, en épocas de pobreza, miseria y mucha falta de todo, además de tragedias familiares que en aquellos tiempos se padecían. Bueno, casi como nos vamos a ver dentro de poco, si éste desgobierno dura.

Espero que os guste. Por su tamaño, lo pondré en dos entregas. Hoy, primera parte y mañana, la segunda y última.


***************


Si eñor, pa fiestas las d’antaño . La miseria y la murria d’agora, eran enantes bulla y ganas e juerga. Tuíquio er partío pasaba por mi barraca, tuíquia la gente teniba que vinir esa noche pa cantar el aguilando con nusotros. Naide s’acostaba sin vernos. Agora…, güeno, agora tuiquio ha cambiao, ya no es lo qu’era. Entavía paece, que po ezaga, me va a salir mi zagal iciendo, “paere, amos por el nochegüeno…”. Mardita sea mi suerte, mía que pasarme ésto, mía que no haber otro más esjraciao que yo.

Recuerdo que aquellas tardes, cuando er sol ya s’estaba rematando, yo y er zagal prencipiabamos por preparar la güena leña, endispués, er nochegüeno, pa que toa la noche ardiera y nos calentara la plática. La probe e mi Doloricas, Dios la tenga en la loria, entavía n’había arrematao la comía, y ya estaba preparándolo to pa la noche. L’artesa llenetiquia de to lo nacío: tortas, mantecaos, cordiales…, güeno, la fin der mundo. To era poco pa ella, probetiquia mía. Esa noche, como icía la probe, ca ves que nacía er Niño, nacía ella.

Y agora, ¡tó tan destinto! ¡Naica es lo qu’era! Y tó por curpa d’esa mujer, mardita sea dista la hora en que nació, mia que m’hizo daño, tan modosica, tan güena zagala, ician que no había otra cosa como ella en la güerta.

-Güenas tardes, tío Colás.

-Arrea y andaveste agora mesmo pa tu barraca, zagal.

-Yo, sólo queriba felicitarle las pascuas y pedirle el aguilando.

-¡Que te vayas t’he dicho, o t’arreo con la vara y t’eslomo.

-¿Quié osté un piaciquio e torta? Me la dao la tía Perejila, que como sabe que nusotros semos probes y no tenemos de naíca, pos pa que meriende. Agora, que como es muncha pa mí, y yo sé que osté tampoco tié d’esto, pos le doy la metá y…

-¡Que te vayas puñema!.

Mia qu’este zagal me tié enza, tuiquios los dias lo tengo pegao a pespunte, no me deja ni a pié ni a pata. Asín era tamién mi Juanjo; ca ves que lo esfiso me paece que me s’aparece mi Juan José de chiquitiquio. Ande yo icía d’ir, er zagal p’adelante. Endispués, en cuanti creció, lo mesmo, y yo tan arbulloso de que juá asín pa su paere. ¡Que hijo me dió Dios! Era er mejor de to'r partío, serio, formal, trebajaor, naide había mas honrao qu’el en toa l’anchura e la güerta.

Pero alluego s’engatusó con esa mujer, y jué su perdición, y er caso es que to'r mundo icía lo mesmo: ¡Que güenos mozos los dos! ¡Que pareja más bonica! El probe estaba encelao con ella, vinía to renchío der trebajo, pero p’al caso, lo mesmo, a la cerca con ella. ¡Quien iba a icille ar probe lo qu’iba a pasar! ¡Naide se lo feguraba! Teniba que vinir aquel mozo de L’Alberca, pa que mi Juan José se queara solo, er probecico. Endispués d'aquello, to jueron peplas y falencias. L’entró dista el aliacán y naide podía curarlo, ni la tía Pepa la Colorá, d’Algezares, púo cortarlo.

Que mal lo pasó er probetiquio, tuiquios los dias con esa murria, que no teniba naide ganas de vivir esfisándolo. Las noches enteras, las pasaba llorando, y pegando unos esclavejíos, que paecía qu’er cielo lo teniba abandonao por completo. ¡Probetiquio mío!

Cuantismas noches e frío, su maere, l’acariciaba con toas sus juerzas y siempre m'icía lo mesmo: Probetiquio mío, está arrecío e la helor y traspilla frío de nesecidá… ¡Cuantismo sufrió mi Dolores! La vía le costó a la probe, la enfermedá e su zagal… ¡Mardita sea!

Y ¿alluego, alluego, que? Los dos se jueron d'este mundo y me quedé soliquio, sin naide a quien poer siquiá icir lo que siento, y con esta murria y esta pena, que no paece sino, que con toas mis ganas quisiá qu’esta vía remate y s’acabe er sufrir y er llorar… ¡Mardita sea!

-¡Amos pa dentro, Pichiles! Que ya paece que la helor m’acartona los juesos. Quién juá como tú, alimal, p’a no tener tantas penas.

..................

Hace ya bantante rato qu’er sol se clisó a lo lenjos, y en el aire e la noche, con er prefume e tó er tapis verde e la güerta, se confunden los olores que salen e toas las barracas, con mesas llenetíquias, con familias arrejuntás celebrando la nacencia der Niño Dios e Belén.

Mentres tanto, er tío Colás “el Miserias”, arrebujao en er catre, sin mas compaña que su perro Pichiles, que se quié quear durmiendo, pa si juá posible, ni dispertarse siquiá.

La allegría e toas las barracas arrejuntás, no puén con la juerza e la tristeza qu’hay en la der tío Colás, y mentres unos rien y cantan, un probe viejo llora solico, pensando en aquel hijo que Dios quiso que se juera tan pronto d’este mundo, pa de seguro, compartir su nacencia, allí arribica, asentao en una estrella.

Las cenas s’han rematao, y por tuiquias las sendas, sale to'r mundo pa la Misa e Gallo. Con los guitarros, bandurrias, zambombas y castañetas, principian las coplas del aguilando, y corren por tos los roales e nuestra quería güerta, como lo hace el agua por las ciecas…


¿Qu'es aquello que reluce
por aquellos pinos verdes?
Es el Hijo de María
qu’ha nacío en un pesebre.


La helor se mete por toas las rendijas e la barraca, qu'está meio caía. La noche la engüerve con negro manto, como si juá er mesmo luto der que vive dentro. Er tío Colás, hecho un ovillico, con el Pichiles dándole su probe calorciquio, por fin s’ha queao dormío…

¡Probetiquio mio, cuantismo trejabo m’ha costao que se durmiera, angelico! Voy a zapallo, que con la helor d’esta noche, e seguro que estará arrecío. ¡Que Nochegüena, Señor! ¡Cuantismo sufrimos los probes!... Si no juá por él, mi vía no tendría sentío denguno. Es la única alegría que me quea, y por éste ángel der cielo lucho ca día, por ganar cuatro perras y sacallo p’alante.

Ha venío hecho un mar e lárimas, to llorosico y triste, y to por qu’el no compriende, no pué compriender, ná e ná… ¿Cómo esplicazalle, Señor? ¿Como icille, con sus pocos añicos, la trigedía d’esta vía e miserias? ¿Quién pué vivir asín? El no pué compriender qu’er tío Colás no nos quié ver ni en pintura, qu’entavía no me pué perdonar, que ejara ar Juan José, pa casarme con er Blas. Que yo a su hijo lo quería, pero ná mas que como a un hermano, pero sólo eso, que yo m’enamoré perdíamente der Blas, y de to esto, vino la trigedia.

Y agora yo, sola con er zagal, en la barraca, sola y sin naide que me sepa icir como allevarlo p’alante, trebajando com'una burra de sol a sol, lo mesmo aquí qu’en la zudiá, pa ganar unas pocas perras y allevarlo to p’alante.

¡Cuantisma miseria! ¡Que sufrimientos dende que se jué mi Blas d’este mundo!, ¡que sola s’encuentra sin ti la barraca! Toa mi vía, está consagrá a este zagal, regalo devino, l’único que m’alegra, y por l’único que saco juerzas pa siguir viviendo.

To'r mundo lo quié por la güerta, es er jubete e toas las fecinas, y es qu’er zagal, s’hace e querer, y no es por que sea hijo mio, pero es mu melosiquio y mu zalamero, pa tos tié su gracia y su esa… ¡Si lo viera su paere!... Por eso, er probetiquio ha venío asín esta noche, por el estufío que l’ha pegao er tío Colás. ¡Cómo l’ha sentao! ¡No teniba consuelo! Y eso qu’es Nochegüena… ¡Marío, que frio más jrande cuando me regüervo y m’encuentro sola en metá e la cama! ¡Que soleá!...

¡Como resolla la creaturica! Tanimientras no se dispierte, tó será güeno. ¡Vaya noche mas triste! Menos mal, que le podío dar algo e cena. ¡Probetiquio, pos lástima juera! Agora, que no ha podío darse cuenta de qu’era Nochegüena, pero por lo menos s’ha comío un güevecico, argo es argo, no había collentura denguna p’aligenciarse naíca, claro que la Pascualusa, apercibía e toa esta miseria, m’ha dao argo qu’el zagaliquio se llevara a la boca. ¡En una noche como ésta! ¡Si estuviá con nosotros su paere…!

¡Que habré hecho yo e malo, en esta vía…! ¡Cuantismo sufrir…! Si es verdá que se ve to dende arriba, e seguro qu’er probetiquio e mi Blas estará sufriendo lo mesmo que yo… Era un piazo e pan, güeno, trebajaor, de naica fartaba en la casa, se mataba porque yo estuviá hecha una raina, y p’ar zagal, na d’estrecheces, to se le parecía poco, dista quería que cuando juá mayor apriendiera las lletras… ¡Probeciquio mio!

¿Cuándo una noche como esta s’encontraba l’artesa vacía, igual que la dispensa? Matábamos cuatro o cinco dias enantes, embutío teníbamos pa toa la pascua, y alluego er pavo, ¡y qué pavo, Dios mio!, er mejor e toa la güerta, poique asín lo quería mi probetiquio marío. De naíca fartaba esa noche, y endispués e la cena, a felicitar a tos los fecinos y a esperar la hora pa la Misa e Gallo. La última noche que juimos, te llevaba yo dentro, Blasico, y ya notaba que m’hacias cosiquias con los piececicos. ¡Que felis era yo…! Endispués y en rematando la misa, tos a cantar por las sendas, a seguir vesitando fecinos, cantando el aguilando. Y es que por esta tierra, es como si to juá familia… ¡Señor qué pena…!

Míalo, qué sueño más durce tié la criatura, en su derreor paece qu'un angel vela su sueño, ¡qué carica mas hermosa! Yo no puó hacer otra cosa esta noche, que enjuegarme las lárimas, asín cerquetiquia d’el y mirándolo, to se m’orvía…

Ya paece que salen e la Misa e Gallo. Ya paece que siento vinir por la senda la gente cantando allegre… ¡Que tristeza mas jrande! ¡Si me queara durmiendo!...

3 comentarios:

  1. Hola, Imper, Feliz año nuevo.
    Bueno, estas trigedias no le vienen nada bien a mi estado de ánimo pero me las leo gustoso; porque son puro arte panocho y porque me alegra leerte.

    Un abrazo bien grande y que los Reyes te traigan salud y felicidad, querido amigo Imper.

    ResponderEliminar
  2. ¡Hombre, Imperter, qué alegría me da leerte de nuevo!

    Te hemos echado mucho de menos. Bueno, habría que decir mejor que te hemos echao muncho de menos.

    Qué bueno leerte otra vez y leer algo de panocho, un cuentecico de Navidad tan majo como éste, aunque tenga su lado triste. Espero la segunda parte.

    Abrazos, amigo, y un envión chillao, con mis mejores deseos para ti y los tuyos en 2011 y a ver si te prodigas un poquico más, eh.

    ResponderEliminar
  3. Me ha encantado. Me gusta mucho la lengua de mi tierra, y no encuentro sitios donde leerla y aprenderla. Me apunto éste. Gracias.

    ResponderEliminar